Mediante una serie de ejercicios podemos experimentar diversos efectos del uso de la línea para conseguir generar la impresión de volumen en el dibujo. El más simple de todos consiste en situar una serie de elementos en el papel de dibujo, que pueden ser puntos, cruces, círculos, cuadrados, etc. Tales elementos se irán sorteando a manera de obstáculos a medida que vayamos trazando líneas paralelas de un lado a otro del dibujo. El cambio que se produce en cada línea supondrá un nuevo obstáculo que sortear para la línea siguiente, de manera sucesiva hasta que completemos todo el dibujo.
Podemos emplear un papel en blanco o un papel cuadriculado, el cual nos resultará útil para seguir el paralelismo en horizontal, diagonal, o cualquier dirección.
Para acentuar la sensación de relieve podemos engrosar la línea en alguna de sus direcciones.
Si aprovechamos los ángulos que se van formando durante el trazado de las líneas para hacer pasar por ellos una línea de contorno, se acentuarán las formas obtenidas.
1. Dibujar a lápiz una composición de formas que se interpongan entre sí para determinar distintos planos del espacio.
2. Trazar a tinta las líneas de relieve, cambiando de dirección las líneas al llegar a los contornos de las figuras.
Varios ejemplos:
Tenemos la opción de comenzar el trazado de líneas omitiendo el fondo, de forma que queden aisladas las figuras a las que les queremos dar relieve.
Se puede incrementar la sensación de relieve superponiendo otro rayado en distinta dirección, cambiando la dirección de las líneas para adaptarlas a la forma volumétrica que pretendamos conseguir.